¿Cómo hacerse musulmán?
¿Cualquiera puede ser musulmán?
El Islam no es sólo "la religión de los árabes." De hecho, la mayoría de los musulmanes de todo el mundo no son árabes.
El Islam es la religión para todas las personas de todos los tiempos, lugares y orígenes, ¡incluido usted!
¿Está pensando en convertirse en musulmán pero no está seguro del proceso?
La palabra “musulmán” en árabe significa, "él que se somete a la voluntad de Dios." El Islam es indiferente a la raza, nacionalidad o etnia del interesado.
El primer paso es asegurarse de que afirme las creencias básicas del Islam. Estas creencias consisten en: la creencia en un solo Dios, que no tiene socio, pareja o hijo; en todos los profetas y mensajeros; en todas las escrituras reveladas por Dios; en los ángeles; en el día del juicio; y en el decreto divino.
Para abrazar esta fe, no existen requisitos previos que se deban cumplir; es un paso muy sencillo que se puede dar, y la persona puede hacerse musulmana en privado o en presencia de otras personas.
Quien tiene un interés real de convertirse en musulmán(a) y está plenamente convencido de que el Islam es la religión verdadera de Dios, lo único que tiene que hacer es pronunciar el testimonio de fe o Shahada (abajo), sin más demora. Este testimonio de fe es el primero y más importante de los cinco pilares del Islam. Al decir la Shahada, con fe y certeza en el corazón, la persona entra inmediatamente al Islam.
Cuando el individuo abraza la fe, debe tener presente que lo hace con el propósito de llegar a complacer a Dios, y de esta manera, todas sus faltas pasadas le son perdonadas. Es como si empezara una nueva vida, con una hoja en blanco, donde su objetivo se convierte en alcanzar la piedad y la rectitud.
En una ocasión se acercó alguien al profeta Muhammad ﷺ (la paz sea con él) para aceptar el Islam, pero le dijo que quisiera condicionar que sus faltas pasadas queden absueltas. Fue cuando el Profeta dijo: “¿Acaso no sabías que el Islam borra (las faltas) pasadas?”
Cuando una persona abraza el Islam está, en efecto, realizando una forma de arrepentimiento de las creencias y el estilo de vida que llevaban antes. Por eso, quien se hace musulmán, ya no debe preocuparse de aquellas cosas incorrectas que cometió en el pasado. Su registro de obras queda limpio, como si hubiese nacido de nuevo, y por eso es oportuno que el nuevo musulmán trate lo mejor que pueda para mantener ese registro limpio y acumule buenas acciones en su haber.
Existen varios versículos del Sagrado Corán y dichos del Profeta ﷺ que nos exhortan a seguir la religión del Islam.
El Profeta Muhammad ﷺ dijo:
“Quien testifique que nadie merece ser adorado excepto Dios, que no tiene copartícipes (en Su reino) y que Muhammad es Su siervo y mensajero (profeta), que Jesús es un siervo de Dios, Su profeta, Su verbo* depositado en María y un espíritu creado por Él, y que tanto el Paraíso como el Infierno son verdad, Dios le admitirá en el Jardín del Edén de acuerdo con sus acciones.” Dicho recopilado por Al-Bujari. (*verbo: Literalmente “palabra”, pero comúnmente se usa la expresión “verbo,” ya que hace referencia a la orden de creación de Dios: “Sé” por la que Jesús fue concebido.)
Dijo también el Profeta ﷺ: “Dios ha vedado que un alma resida eternamente en el fuego del Infierno si ésta testifica que nadie tiene derecho a ser adorado excepto Dios, buscando con este testimonio la complacencia divina.”
LA DECLARACIÓN DE LA FE (SHAHADA)
Atestiguo que no hay nada digno de adoración excepto Alá y atestiguo que Muhammad es Su profeta y mensajero.
En árabe: Ash-jadu An lá iláha ila Alá – wa Ash-jadu anna Muhammadan rasúlu-láh.
Para convertirse al Islam, la persona debe pronunciar la declaración anterior, con convicción puesta en su corazón y entendiendo su significado.
Una vez que se ha pronunciado este testimonio con certeza, la persona deviene musulmana. No hay inconveniente en decirlo en privado, pero con el acompañamiento de alguien es mejor.
La primera parte del testimonio consiste en la verdad más sublime revelada por Dios a la humanidad: que no existe nadie merecedor de nuestra adoración excepto Él, el Uno y Único, puesto que nada fuera de Dios es “divino.” En este respecto, Dios dice en el Sagrado Corán:
Este concepto implica que todas las formas de adoración se deben consagrar exclusivamente a Dios; acciones tales como el rezo, la súplica, el ayuno devocional, el encomendarse ante un miedo, buscar refugio del mal, ofrecer animales de sacrificio, etcétera.
Derivar nuestra adoración, en cualesquiera que fuese la forma, a otra entidad que no sea Dios, como por ejemplo a un profeta (Jesús, Muhammad, un ángel, un santo o ídolo, el astro Sol, la Luna, etcétera), es considerado un pecado capital y quebrantamiento del más importante de los mandamientos divinos. Esa falta no tiene perdón en la otra vida, a menos que la persona se arrepienta de eso antes de morir. En el Islam, la adoración es exclusiva para Dios y nadie más.
¿Qué se considera adoración? Es la realización de acciones y palabras que complacen a Dios, puesto que han sido comandadas por Él o que Su ley incentiva a realizarlas, ya sea que las encontremos explícitamente mencionadas en Su Revelación, o se deduzcan por analogía. Entonces, la adoración no se limita a los cinco pilares del Islam, sino que se extiende a muchos aspectos de la vida diaria. Ejemplo de ello es cuando uno provee de alimento a su familia, o cuando uno busca alegrar el corazón de alguien. Eso es considerado actos de adoración si el propósito es agradar únicamente al Creador, y eso implica también que para que un acto de bien sea considerado como adoración a Dios, debe ser realizado con la intención correcta, que es complacer a nuestro Señor, Dios.
La segunda parte del testimonio de fe significa que afirmamos que Muhammad fue un profeta y mensajero escogido por Dios. Eso implica necesariamente que debemos obedecerlo en aquello que él comandó en Nombre de Dios. Debemos creer en todo lo que nos informó, seguir sus enseñanzas y apartarnos de aquellas cosas que prohibió. Es esencial que adoremos a Dios bajo las directrices que el Profeta nos dejó estipuladas, ya que fue Dios quien le inspiró los preceptos de la Religión.
Es imperioso que el musulmán trate su mejor esfuerzo de emular el noble carácter y comportamiento del profeta Muhammad, que tome su vida como ejemplo para la suya. Dios nos dice en este respecto:
La mejor manera de poner en práctica la segunda parte de la testificación de fe, es siguiendo las directrices y guía que nos dejó el Profeta. Dios dice:
Y si ya usted ha abrazado el Islam, le damos una calurosa bienvenida y ¡le felicitamos por su decisión! Usted es un nuevo musulmán(a), y le preguntará ¿qué debo hacer ahora? Le invitamos a que se ponga en contacto con la mezquita más cercana a usted para programar una visita y conectarse con sus hermanos y hermanas en el Islam!
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