El Islam: Una Forma de Vida

Los actos principales de la adoración le urgen al individuo a cumplir con su propósito de la vida, a través de siendo cada vez más conscientes de Dios y sirviendo las necesidades prácticas de la sociedad. Sin embargo, la adoración no está limitada simplemente a completar estas acciones. El Islam promueve un enfoque integral a la adoración que incluye la difusión de justicia y compasión por medio de las interacciones diarias con la gente. Sonriéndose con alguien, visitando a los enfermos, y defendiendo a una persona inocente a quién se le oprime son considerados como parte de la adoración. Estas formas de adoración ejemplifican la importancia de los buenos modales en el Islam. Profeta Muhammad ﷺ dijo, “Los mejores entre ustedes son los que tienen el mejor carácter.”

El Islam tiene un enfoque práctico en el modo de vivir que cambia la conexión del individuo con Dios y con los demás seres humanos en una manera positiva. El Islam ofrece una guía sobre los temas de la vida incluyendo la dieta personal, los modales, y las relaciones sociales. Dios les ha informado a los musulmanes que pueden comer todo lo “bueno y puro” mientras observan restricciones fáciles como evitar el cerdo, el alcohol, y todo lo que sea sacrificado en nombre de otro que no sea Dios. En lo que se trata de la vestidura y el comportamiento, el pudor y la humildad son prescritos para los hombres y las mujeres. Profeta Muhammad ﷺ dijo, “Toda religión tiene su carácter esencial, y el carácter esencial del Islam es el pudor.”

La obediencia y el agradecimiento hacia los padres son esenciales en el Islam. Los hombres y las mujeres deben santificar sus relaciones en un contrato matrimonial, tomando sus deberes como esposos y sus unidades familiares en serio. Criando a niños que sean moralmente honrados e individuos responsables en sus comunidades también es una obligación importante. La conservación de los enlaces familiares es un principio fundamental en el Islam, además del buen tratamiento a los huérfanos, las viudas, los viajeros, y los vecinos. Contribuciones profesionales y filantrópicas a la sociedad son promovidas para alimentar el éxito individual y colectivo.

Dios llama a la gente para que ellos Lo recuerden en sus acciones y purifiquen sus corazones para que puedan vivir una vida verdaderamente balanceada. La espiritu­alidad en el Islam es cultivar la tolerancia, la amabilidad, el autocontrol, la piedad, y el perdón mientras rechazar la arrogancia, el orgullo, el ego, la ira, y el egoísmo. Esta espiritualidad y consciencia de Dios debe ser reflejada en las interacciones de la persona con otros. Por lo tanto, el Islam da énfasis a la importancia de tratar a los demás con respeto, misericordia, y dignidad.

Para concluir, el Islam no es un modo de vida nuevo, sino que mantiene el mismo mensaje que Dios envió a la humanidad por medio de todos Sus mensajeros. El Islam enseña como tener una relación valiosa con Dios sin intermediarios, y como reformar el alma, embellecer el carácter, y ser parte de una comunidad saludable y vibrante. Por medio de este mensaje, Dios anima a los individuos a que se acerquen a Él y logren su propósito en la vida.